Hubo una hermosa reina llamada Leda que estaba casada con Tíndaro rey de Esparta, una noche, el libidinoso Zeus descendió sobre la reina en forma de un cisne gigantesco y, de esa unión, salieron dos huevos, uno de los cuales contenía a Clitemnestra y a Helena y el otro a Cástor y Polideuco (Pólux).
Tíndaro estaba furioso por la divina seducción de su esposa y no pudo apaciguarse hasta que supo que Cástor y Clitemnestra eran en realidad su propia progenie, puesto que él había fecundado a Leda el mismo día que ésta había sido visitada por el cisne olímpico.
Los jóvenes fueron inseparables mientras que, las hermanas, siguieron por diferentes caminos. Cástor domaba caballos mientras que Pólux enseñaba el arte del boxeo, siendo uno pacífico y el otro agresivo.
Aquí vemos la naturaleza dual de los Gemelos. Ambos intervinieron en varias peligrosas aventuras y, en una de ellas, Cástor, el mortal, perdió la vida.
A Pólux le apesadumbró tanto la muerte de su hermano que su padre, Zeus, hizo que los Gemelos quedaran juntos en el cielo como la constelación de Geminis
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