(para animales que nunca tuvieron a nadie)
Hay un puente que conecta el Cielo con la Tierra.
Se llama el Puente del Arco Iris, porque tiene muchos colores.
Justo en este lado del Puente, hay prados, colinas y valles verdes.
Cuando muere un animal querido, se va allí.
Siempre hay comida y agua y tiempo cálido de primavera.
Los animales viejos y frágiles aquí se rejuvenecen.
Los que han sido lesionados son fuertes de nuevo.
Todo el día juegan unos con otros.
Pero algunos de los animales que están aquí, a este lado del Puente, son diferentes.
Estos animales fueron maltratados, pegados, torturados, se morían de hambre, nunca fueron queridos.
Ellos, miran con algo de tristeza, mientras se vayan sus amigos, uno por uno, para cruzar ese puente con su humano especial.
Para estos animales, no hay nadie, no hay ningún humano especial.
Su tiempo en la tierra no les dio esa oportunidad.
Pero un día, mientras están corriendo y jugando, se dan cuenta de que hay alguien esperando, de pie, en el camino al Puente.
Esa persona mira con algo tristeza las reuniones entre amigos, porque durante su vida, esa persona nunca tuvo un animal para hacerle compañía.
Esa persona fue maltratada, pegada, torturada, se moría de hambre, nunca fue querida.
Allí espera esta persona, sola, y uno de los animales que nunca fueron queridos se le acerca, curioso por saber por qué esta persona está sola.
Y mientras se acercan el animal no querido y la persona no querida, surge un milagro, porque para ellos, el destino quiso que al final estuvieran juntos, una persona especial y un animal querido que nunca tuvieron la oportunidad de conocerse durante su estancia en la Tierra.
Ahora, por fin, a la entrada del Puente del Arco Iris, sus almas se encuentran, borrando todo el dolor y la tristeza, y los dos amigos ya están juntos.
Y juntos cruzan el Puente del Arco Iris juntos, para no volver a separarse nunca más.
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